sábado, 5 de marzo de 2011

Dieta y repostería

A. lleva unos días haciendo dieta. Ya se sabe cómo son las mujeres.

El problema es que desde que empezó ese régimen alimenticio, no para de hacer repostería. Dice que los niños se lo han "exigido" y, claro, la pobre está haciendo un doble esfuerzo: la dieta en sí y cocinar platos que sabe que no puede probar.

Me la imagino batiendo claras, poniéndole azúcar, deshaciendo chocolate y el clásico rebañar un cuenco o, al final, chupar esa cuchara ... ¡pues no!, no puede hacerlo, Debe ser muy duro.

Los niños y yo, la verdad, estamos encantados con su dieta. Desde hace unos días comemos unos bizcochos de chocolate buenísimos y una tarta de queso que, hay que reconocerlo, le sale perfecta. Os podéis imaginar cómo son nuestros desayunos y nuestras meriendas. Como esto siga así, seremos nosotros los que tendremos que empezar a hacer una dieta y ... quien sabe, a lo mejor nos da por hacer repostería. Sería entonces un círculo vicioso, una pescadilla que se muerde la cola, pero mientras haya alguno que haga dieta ...

Ahora mismo, mientras escribo esta entrada en el salón, viene un aroma de la cocina que no os lo podéis imaginar. El horno está funcionando y dentro hay, no uno, sino dos bizcochos de chocolate. Me viene a la cabeza la clásica imagen de los dibujos animados en el que un buen aroma viene representado por un humo que, suspendido en el aire, recorre toda la casa. Como en los dibujos, mi nariz lo ha detectado rápidamente y, cerrando los ojos, mi cuerpo se levanta de la silla y se va directo hacia la cocina.

2 comentarios:

  1. Un abrazo a Mater... Tiene mucho mérito.
    Saludos de domingo

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  2. Sí, sí que tiene mérito para A. y vosotras, a disfrutarlo!! je, je...
    Si tiene tan buena pinta podrías poner la receta, así el resto damos también nuestra opinión :)
    Yo a puntito estoy de ponerme también manos a la masa, en este caso algo de hojaldre caerá.
    feliz fin de semana,

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