Ayer me llamó un cliente del despacho para pedirme que atendiera a un amigo suyo (y desde el mes pasado, empleado) que está en un apuro. Quedamos para hoy a las 18 h. Se ha ido hace un momento. El tema en sí no es nada atípico, por desgracia y, por desgracia también, ya empezamos a acostumbrarnos a ello.
Este hombre tenía una empresa, junto con otro socio. La cosa empezó a ir mal y decidieron cerrar el negocio. Ambos pactaron verbalmente que uno se haría cargo del préstamo que les había concedido el Banco X y el otro el de la Caja Y. El de la Caja Y pudo renegociar el préstamo ampliando la hipoteca que sobre su casa tenía precisamente con esta Caja, mientras que nuestro hombre, que vive de alquiler y no tiene propiedad alguna, no consiguió que el Banco X aceptara renegociar el préstamo. Ya ha interpuesto la demanda que dirige contra la sociedad, los dos socios y las mujeres de éstos que, por exigencia del Banco, avalaron la operación. El problema es grave, puesto que el ex-socio, que sí tiene propiedades, verá cómo se la embarga el Banco X y después tendrá que reclamar al otro socio lo que él ha tenido que pagar.
Nuestro hombre parece honrado (y desesperado) porque, a pesar de estar en esta situación, ha ido ingresando mensualmente en el Banco X una cantidad -inferior a la cuota pactada- lo que demuestra su buena intención y hace que pueda oponerme a la demanda alegando pluspetición (o eso creo, todavía tengo que estudiármela). Como está desesperado y el tema está muy crudo (es consciente de ello), me pide que, al menos, ganemos tiempo para buscar donde sea el dinero adeudado.
No sé si me tomo demasiado en serio ciertos temas y, aunque aparente frialdad, por dentro estaba destrozado escuchando a este hombre. Ha habido un momento en que se le han saltado las lágrimas contándome que una de las veces que fue al bufete designado por el Banco X para intentar alcanzar un acuerdo que evitara la vía judicial, le contó a la persona que le atendió que había ido en autobús, pero sólo tenía dinero para un trayecto, por lo que debió volverse andando a casa, que dista muy lejos de allí.
Le he visto tan hundido que me siento con una enorme responsabilidad. Evidentemente haré lo que pueda, pero eso no quite que me sienta un poco responsable de esta persona. Y a la vez, siento una gran rabia por la situación de muchas personas como consecuencia de la negligente actuación de muchos Bancos y Cajas. Ellos nos crearon estos graves problemas y ahora no tienen responsabilidad alguna.
Indignante
Cierto es que gran responsabilidad de la situación es de los bancos, que solo por ver aumentados sus beneficios aceptan cualquier tipo de petición sin estudiar concretamente el riesgo...luego pasó lo que pasó, y bueno, ya que yo he trabajado un par de veranos en el banco "w" puedo afirmar que el mundo de la banca es un mundo paralelo al nuestro en el cual si nos adentramos solo recibiremos "piedras".
ResponderEliminarVeo que tu trabajo implica no solo el tratar con leyes sino con la psicología, y es algo que realmente se valora muy positivamente! espero que todo salga bien!
Un saludo pater
Pater, tengo demasiado cerca un caso parecido a ese, y desde luego es muy desagradable. Pero por otra parte pienso, que el banco hizo muy mal (no con ese hombre en concreto, que con la crisis se ha ido al garete), si no con mucha gente a la que se le concedieron hipotecas por un importe mensual que era superior al 50% de su salario. Para mí eso es una barbaridad, y cuando los bancos lo concedían ya lo sabían. Lo que no sabía nadie, es que por desgracia ese sueldo iba a llegar a 0, con lo que aqui sale perdiendo todo el mundo :((
ResponderEliminarLewis, bienvenido a tu casa. Si has trabajado en un Banco, ¡qué te voy a contar! Y sí, la mayoría de las veces hago de psicólogo, confesor y hasta confidente.
ResponderEliminarAnónimo, es cierto, es un auténtico escándalo. ¿Y cuando uno iba a solicitar una hipoteca de x € y el del Banco le decía, que pidiera x+y € y aprovechara para cambiar de coche o irse al Caribe? ¡Y nadie responde por eso!
No la he visto, pero me han hablado muy bien del Documental Inside Job que habla sobre la crisis actual y explica el papel que han tenido/tienen los bancos.
ResponderEliminarLa rabia que te produce ese tipo de situaciones, la entiendo, y la impotencia, y la pena, y... duro trabajo el tuyo. Ánimo y suerte!
un beso, pater,
Sólo puedo desearte suerte con tu caso y para ese buen hombre. Es una pena, pero cada vez hay más y más casos así. Esperemos que la cosa cambie para mejor.
ResponderEliminarUn bico pater, seguro que tú puedes, a tu modo, echarle una mano a ese hombre.
Conozco bien el caso por algunos familiares, Paterfamilias, y te digo que es un caso muy difícil: los bancos -lógicamente- hacen contratos muy buenos para sus intereses, muy seguros, y salvo que el señor ponga ya todos los €€€ la Justicia juega a su favor -lógicamente, también-. Es injusto que se haya despilfarrado tanto dinero en España y que luego haya tantos pequeños empresarios o autónomos que no puedan ni volver a casa en autobús.
ResponderEliminar(Siento la derrota de ayer, Patefamilias: los siento por el Sevilla y lo siento por el Osasuna)
¡Vaya!, esto falla más que una escopeta de feria. Había hecho un comentario contestandoos a cada uno de vosotros y ...
ResponderEliminarmeloenv..., intentaré ver ese documental. Gracias por los ánimos.
Dolores, confiemos en que vaya a mejor. A ver si soy capaz de echarle esa mano que necesita. (ah, tengo por aquí a tu hermano ... y yo también estoy por allí)
Fernando, es tal y como dices: los bancos siempre ganan.
Lo del Sevilla no tiene perdón de Dios. Parecerá que escribo desde la frustración (y así es), pero eso no quita que me haga muchas preguntas. Es incomprensible que un equipo que al descanso va ganando 0-2, pierda ante un rival haciendo un juego sólo con el corazón por lo delicado de su situación. Estoy convencido que es un tema "de coco", pero tiene que haber algo más. A veces preferiría que no me gustara el fútbol.