viernes, 13 de abril de 2012

En la Procesión

Como ya os comenté, esta Semana Santa pasamos unos días en una población situada muy al sur de la provincia de Tarragona y allí participamos en los actos propios de esta época. Así, tuvimos la oportunidad de participar en la procesión del Viernes Santo y como quiera que en la ciudad en la que vivimos no hay procesión alguna, me hizo especial ilusión participar en una.

Me gustó el hecho de que existiera Procesión, que participara tanta gente del pueblo, que la gente saliera a los balcones, que iluminaran las calles por las que pasaba y que participara la corporación municipal en pleno, independientemente del color político de ésta (ya por la mañana, los concejales asistieron al Vía Crucis).

Será que las pocas procesiones a las que he asistido en mi vida son las de Sevilla y éstas, la verdad, son una maravilla, pero lo cierto es que -sin menospreciarla- me pareció una cosa sencillita susceptible de ser mejorada en algún aspecto. Para que podáis opinar vosotros mismos os dejo unas imágenes y sonidos de la misma:

Paso

Este es el paso que encabezaba la Procesión y que como podéis comprobar -a pesar de la deficiente calidad de la imagen- se trata del descendimiento de la Cruz. Sé que es mucho pedir que fuera llevado por unos costaleros, como suele hacerse en Andalucía, pero lo que sí que pediría es que eliminaran la música. Os cuento: cuando llegamos al inicio de la procesión se oía de fondo una musiquilla estridente e indescifrable. Yo, como la mayoría de los forasteros, buscábamos con la mirada al propietario del móvil que no paraba de sonar y que -por qué no decirlo- molestaba a todos. Al final descubrimos -no sin horror- que se trataba de una música incorporada en el propio paso. Eso le daba un aire kitsch que no os podéis imaginar. Era lo más parecido a esos árboles de Navidad comprado en los chinos que tienen "música" incorporada. Vamos, tentado estoy de enviar una carta al Ayuntamiento y preguntar en qué chino lo compraron.

Otra imagen:

Armats

Son romanos ("armats") e iban justo después del paso anterior. Como podéis comprobar, el que lleva gafas ni se las quita ("pa qué", debe pensar "¿dónde dice que los romanos no llevaban gafas, eh?")

Y aquí, un vídeo (lo siento, lo grabé con el móvil) en el que aparece Jesús yacente y se oye un fragmento de las piezas interpretadas por la banda municipal, que no lo hacía nada mal.


Lo siento, pero grabé parte de otra de las piezas interpretadas, pero no sé cómo se pone aquí.

Repasando la entrada puede parecer una crítica o incluso una burla, pero nada más lejos de mi intención. Me gustó asistir. Eso sí, la musiquita del paso ... como que no.


PS Ah, he eliminado el gadget que me puse ayer, aquel que me decía de dónde vienen las visitas a este blog porque ... porque ... ¡porque yo lo valgo! ;-)

7 comentarios:

  1. A mí también me gustan las procesiones, Páter. Pero no me gusta nada el sentarme a esperar verla pasar, será porque aquí tardan una eternidad y cualquiera aguanta. Pero si que me gusta el hecho de que se mantenga esa tradición, que aunque sea por una semana o un día, haya gente que se sienta más cerca de Dios. La lástima es que al final hay tanto jaleo, que cuando pasa un paso, valga la redundancia, por delante tuyo, las tres cuartas partes de la gente están hablando, un alto porcentaje arrojando cáscaras de pipas al suelo (¡no lo aguanto!), los niños comiendo chuches, etc., etc. Pero me sigue gustando :))
    Lo de la música incorporada al trono lo has definido muy bien, "totalmente kitsch".

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    1. A mí tampoco me gusta esperarlas. Mis mejores recuerdos de las procesiones sevillanas transcurren en estrechas callejuelas adonde me llevaban los que sabían para verlas como nadie.

      Si hubieras visto lo de la música en ese paso habrías alucinado.

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    2. Yo en mi vida solo he visto de cerca dos procesiones: la de María Auxiliadora (en Piura) y la del Señor de los Milagros (en Lima) y ambas me conmueven mucho. No soy católica tradicional (es decir, voy a mi paso) pero siempre me ha conmovido estas manifestaciones de fé que estoy segura obran milagros.

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  2. Qué bonito.

    Supongo que las procesiones de Semana Santa son algo un poco ajeno a Cataluña, y que algunas de las actuales las habrán promovido los emigrantes de otras partes de España. En Madrid ocurrió eso, todas son un poco pobres, pero en los años 60 los descendientes de andaluces hicieron una, que sale de San Isidro, que imita al Gran Poder y a la Macarena de Sevilla. Ya sabes, la gente grita "guapa" y bailan el paso, como si estuviéramos en Triana.

    Gracias por las fotos.

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    1. Efectivamente, según tengo entendido así es. Y lo mismo pasa con las del País Vasco.

      A mí nunca me ha gustado eso de gritarle "Guapa", aunque sé que lo hacen con la mejor de sus intenciones.

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  3. Eso me recuerda la cabalgata de Reyes, que siempre tiene comparsas cantando la Macarena o cosas por el estilo. Un beso.

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    1. Supongo que cuando dices lo de la Macarena te refieres a la de "Los del Río", que poco tiene que ver con las procesiones de Semana Santa. ;-)

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