Bueno, ya estamos de vuelta y, gracias a Dios, todos bien.
Hemos pasado unos días de descanso y recogimiento. Lo del descanso queda claro con esta foto y lo de recogimiento os lo tendréis que creer. Los hijos que estaban fuera regresaron todos, cansados, pero contentos.
Empezamos un nuevo mes y ya de lleno en la primavera, con el adelanto de la hora ya más o menos asumido, con más luz durante el día y con una temperatura que ayuda a ver todo de otra manera: ahora la situación es igual de complicada, pero por lo menos en color.
Esta mañana he ido al Juzgado para una diligencia judicial y eso me ha dado pie a la entrada (que no al preámbulo, que es lo escrito hasta ahora) de hoy, que va sobre otra de esas cosas que me cuesta soportar. Estoy convencido que soy un tipo raro, maniático o llamadme como queráis, pero me cuesta mucho soportar el mal aliento (iba a poner halitosis, pero me imaginaba a más de uno consultando el diccionario). Imagino que habrá muchas causas que lo provocan, pero también existen remedios que o lo solucionan o lo mitigan considerablemente, así que no soy muy indulgente con este tema. Sin entrar en detalles (el tema no da más de sí y además entraríamos ya un terreno poco apto para gente educada), pero podemos diferenciar entre dos tipos de halitosis:
- La provocada por la ingestión de ajo (normalmente durante la cena del día anterior) haciendo que éste haya llegado ya al estómago y produzca todos sus efectos sobre las glándulas pituitarias del incauto pobre interlocutor del come-ajos. Se da mucho -por no decir únicamente- en personas de avanzada edad que, o bien son grandes amantes de esta hortaliza o siguen a rajatabla ese ¿consejo? médico que dice que van bien para la circulación. Yo he llegado a pensar que hay gente que come ajos con algo, ajos con tortilla, ajos con algo de pan, ajos con ... ¡o solos!
- El resto. Ya sea provocada por problemas estomacales, por una bacteria, por ... Los matices son variadísimos y ... mejor lo dejamos aquí.
Claro, la gente como yo, a los que Dios nos ha dotado con una gran nariz -en todos los sentidos- (Huy, ¡qué gracia!, en todos los sentidos cuando hablo de uno de ellos ... ¿lo pilláis?. Me estoy liando, ¿no?), sufrimos esto de manera dramática y, hasta ahora, en silencio.
¿Y qué tiene que ver esto con tu presencia en el Juzgado?, se dirá alguno ... ¿qué?, ¿que nadie se lo pregunta?. Bueno, da lo mismo, pero me había quedado muy bien ... o no.
Pues nada, que yo había quedado con mi cliente directamente en el Juzgado. Cuando he llegado allí estaba él y su novia (que era la que declaraba en calidad de testigo). Nos hemos saludado y, enseguida, ha llegado una chica que se ha dirigido al mostrador. En ese momento un olor, ligero en cuanto a intensidad, pero insoportable en lo que respecta a graduación, ha llegado a mi nariz. Como la chica venía de la calle y el olor era a ... he pensado que había pisado un excremento canino. Después, muy discretamente, me he apartado del ángulo de visión de mi cliente y su acompañante y con gran disimulo y rápido movimiento me he mirado las suelas de los zapatos, comprobando con gran alivio que yo no había pisado nada.
Vuelvo hacia donde estaban mi cliente y su novia y sigo con la conversación. Hago una pregunta a este individuo y en su respuesta compruebo que aquí nadie ha pisado nada, sino que él se la comido. Horroroso.
Perdonad el tono de la entrada, pero alguno tenía que decirlo.
¿Y la novia tan tranquila?... Puags... Ya debe estar acostumbrada... aggghh
ResponderEliminar¡Lo mismo que pensé yo!
EliminarPater, yo soy mu mal pensao. Entonces, el individuo ¿que había comido?. Ajos no creo, porque el ajo huele a ajo. Perdona pero sigo siendo mal pensao, no será que ... !ofú! ni pensarlo.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Eso!, parecía que se había comido eso ... lo que yo creía haber pisado. Asqueroso.
EliminarGrandioso hoy tu post, que me ha hecho sonreir sin parar. Hay un cómico que gusta mucho en casa que, cada vez que utiliza una plabra algo diferente explica en este caso sería lo de halitosis "para los de la logse, mal aliento". Me has recordado a él. Genial !!!!!
ResponderEliminarjajajajaja, creo que sé quién es.
EliminarEspero que la mala sensación no te impidiera ganar el caso, Páterfamilias.
ResponderEliminarEra solo la declaración como testigo. Seguimos en fase de instrucción.
EliminarEntre el embarazo psicológico de la abuelita y el aliento del comeajos, ¿no te dan ganas de ser electricista????
ResponderEliminarÁnimo Pater y buenos olores!
jajajajajaja, a veces sí ;-)
Eliminarjajajajaj Yo también soy mal pensada.... jajajajaj
ResponderEliminarAhora en serio, no entiendo como la novia no lo pone en antecedentes sobre el tema. aunque ella esté acostumbrada, a él lo perjudica ese aliento de cara a los demás...
Besazo
¡Y acertarás!
EliminarYo tampoco lo entiendo
Cochinerías cuentas de vez en cuando, Pater!
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