Nos habíamos quedado en el final de la primera etapa diciendo que la jornada acabó tomándome una cerveza acompañada de un pincho con D. Es decir, a pesar del cansancio por la caminata (22,7 Km), tuvimos el coraje de quedarnos a tomar una cerveza y acostarnos bastante tarde sabiendo que al día siguiente teníamos que madrugar. Debe ser esa fuerza que te da el camino.
Tras levantarnos (tenía la sensación de que hacía un rato que me había acostado) y una buena ducha, nos dirigimos a la furgoneta y tras introducir la llave de contacto en el lugar indicado para ello y realizar medio giro en el sentido de las agujas del reloj, comprobé que no arrancaba. No me había pasado esto nunca. Me empecé a poner nervioso al pensar que había unos cuantos niños y monitores esperándonos para ser transportados al punto de partida de la segunda etapa. Lo solucionamos empujando la furgoneta y arrancando en 2ª. Después, la batería fue cargándose sin problema. La causa fue una nevera portátil de coche (con enchufe, tanto doméstico como para el coche) que A. compró hace un tiempo y no sabíamos si funcionaba. La probamos en el enchufe del maletero y nada (luego descubrimos que lo que no funciona es el enchufe) y, como quien no quiere la cosa, lo probé en otro enchufe que estaba a la altura de la segunda fila de asientos. Ahí empezó a funcionar la nevera ... pero demasiado. Yo creía que solo funcionaría con el coche en marcha (como el típico cargador de móvil) y no, funcionaba siempre, por lo que pasó toda la noche "chupando" batería y pasó lo que pasó.
Va, vamos a lo importante. Como el día anterior finalizamos en Lorca, allí empezamos la etapa. Pasamos por Villatuerta, cuyo patrón es San Veremundo (¿quién no tiene un amigo Vere?) y llegamos hasta Estella. Allí, los más pequeños, como si de un concurso se tratara y no hubiera mañana, se dirigieron a todos los establecimientos que pudieron en busca de un sello para su libreta. A pesar de la hora y el sol que caía, seguimos hasta el Monasterio de Iratxe donde, tras beber vino de la famosa Fuente del Vino, paramos a comer. Al acabar, y en otro alarde de generosidad, cuatro voluntarios dejamos de caminar junto a nuestros compañeros y nos dirigimos a Lorca a recoger las 4 furgonetas. Desde allí nos dirigimos a Ázqueta donde, poco antes de llegar, recogimos a los afortunados caminantes. Como aún quedaba día y algunos tenían ganas de refrescarse, alguien decidió ir a bañarse al río. La mayoría de chavales, algunos monitores y 2 padres, se bañaron. Los que aún tenemos dignidad y respeto por la higiene personal (ese olor a carpa que se impregna en la piel) nos mantuvimos al margen, al margen del río y de esa insensatez. Tras el descanso, cargamos el ganado a los chavales en las furgonetas y volvimos a Pamplona donde todos pasamos por las duchas.
Villatuerta |
Estella |
Estella |
Solo me mojé los pies en el río |
Cenamos spaghetti (no era plan repetir macarrones) y lomo a la plancha y después todos (incluidos los padres) jugamos al Lobo. Un juego de "estrategia" muy complicado de explicar en el que básicamente los lobos (hay no sé cuántos personajes: lobos, lobo blanco, hombre lobo, bruja, vidente, cazador, gordo de la mochila ...) van matando a los demás participantes. Los padres, unos pringaos que no habíamos jugado nunca a eso (lo más parecido a eso era el típico juego del asesino), éramos el blanco (sinónimo de diana, no adjetivo de lobo) de todos ellos. En la primera ronda se produjo un hecho gravísimo: un parricidio y un fratricidio de una tacada. Q. no tuvo mejor idea que matarnos a Mi. y a mí, lo que produjo un considerable escándalo entre los asistentes. Mi venganza no se hizo esperar, y en la segunda ronda (yo era cazador y como tal tiene la facultad de matar a alguien cuando lo matan a él), cuando me mataron dije:
"Yo ahora debo matar a alguien. Mataría a Q., que me mató en la ronda anterior, pero yo no soy como él, yo nunca mataría a un hijo, así que ... ¡mato a Mi!". A Mi. no le sentó nada bien que su padre le matara y a mí me dejó mal sabor de boca comprobar que no era lobo, como yo creía.
Continuará ...
Pater, con lo bonito que es bañarse en un río! El olor a carpa se quita.
ResponderEliminarSolo he jugado al lobo un vez pero me lo pasé genial, a ver si consigo acordarme de las reglas!
Saludos!
Sigue precioso el viaje, con susto y cansancio incluido.
ResponderEliminarEn casa jugamos mucho al lobo, es muy entretenido. Y nunca acierto. Ellos son los amos