Cuando negociamos con dos cadenas de TV

Ahora que ya ha acabado y tengo autorización de los implicados para publicar esta entrada mencionando sus iniciales, os contaré que hace dos días recibí unos cheques para entregar a mis "amientes" o "climigos" (ya sabéis, esos amigos-clientes) de parte de esas dos cadenas de televisión.

Los hechos se remontan a mediados de 2012. Mis amigos D. y J. me preguntan si les puedo llevar un asunto contra dos conocidas cadenas de televisión de ámbito nacional. Me explican el asunto y resulta que un reportero y un cámara de una de ellas esperan a J. en la puerta de su casa cuando ella regresaba de recoger a los niños en el colegio. Cuando bajan del coche, el reportero -metiéndole el micro en la boca- y el cámara la siguen (era un acoso) mientras le va haciendo preguntas sobre una persona para la que ella había trabajado y que es públicamente conocida no precisamente por sus buenas prácticas (hasta aquí puedo leer). Por si fuera poco, un programa de debate o tertulia o como queráis llamarlo que se emite a mediodía en la otra de las cadenas difundió esas imágenes (relacionándolas con esa noticia negativa de su ex-jefe) en las que, y esto es lo realmente grave, aparecían tres de sus hijos y eran fácilmente reconocibles.

El primer paso que dí fue enviar sendos burofaxes a estas dos cadenas obteniendo el más absoluto de los silencios como respuesta, por lo que, pasado un tiempo prudencial, me vi en imperiosa obligación de redactar una demanda contra ellas por vulnerar el derecho a la propia imagen y a la intimidad (el derecho al honor no creo yo que se viera afectado). Como el Juzgado competente en un caso como éste es el del domicilio de los demandantes, hubo que enviar exhortos a Madrid para emplazar a los demandados. Este trámite, unido a la ya habitual lentitud de los Juzgados, hizo que la cosa fuera demorándose. Sin embargo, mi sorpresa fue cuando los exhortos fueron devueltos con resultado negativo, es decir, en el domicilio al que habían sido enviados no sabían quienes eran estas empresas (?). Hombre, si yo emplazo a José García e Hijos, S.L. podría ser, pero me parece que estas dos corporaciones son conocidas y más cuando las emplazamos en unos domicilios en los que está su sede empresarial, quizá no la de su actividad. Subsanamos el "error" y se vuelve a intentar su emplazamiento. Una vez emplazadas y dentro del plazo otorgado para contestar, presentan su sencilla oposición a la demanda. El Juzgado entonces señala el día 3 de marzo de 2014 para la celebración de la audiencia previa (si tenéis en cuenta que la demanda se presentó en julio de 2012 podéis comprobar que el tiempo va pasando).

Llegado el día previsto para la audiencia previa comparecemos los abogados de las partes y el Ministerio Fiscal que, al haber menores, es preceptiva su intervención. El Fiscal llegó algo tarde porque (sic) "se había perdido". Sorprende esta justificación porque el Juzgado está en la planta 11 y la Fiscalía en la 9 aunque ya me dio una idea del conocimiento que tenía del tema (creo que ni se lo había mirado). El Juez emplazó a las partes a alcanzar un acuerdo y yo le manifesté que ninguna de las dos cadenas se había puesto en contacto conmigo. Uno de los abogados contrarios dijo que no tenía claro si había motivos para alcanzar un acuerdo y el Juez le contestó con un lacónico "motivos hay". No se llegó a acuerdo alguno, propusimos la prueba y se señaló el juicio para el 22 de septiembre pasado.

El pasado 11 de septiembre, festivo en Cataluña y para algunos de aquí, día mundialmente conocido, recibo una llamada telefónica cuando me encontraba en la playa (mi manera de hacer la 'V' y eso). No lo cogí. Tras tres intentos, dejaron un mensaje en el buzón y comprobé que era la abogada de una de las cadenas demandadas. La llamé enseguida y le dije que era festivo aquí. "Ah, ¿sí?.¿Y qué fiesta es?". Además del cumpleaños de JP (por eso para nuestra familia sí hay un motivo para celebrar), "es 11 de septiembre, festivo en Cataluña y en la que algunos reivindican no sé qué" Su respuesta fue "Ah, no lo sabía" Auténtico guantazo sin manos y en toda la cara para aquellos que se creen el centro del mundo y muestra de poco conocimiento por parte de ella.

"Bueno, era para ver si podíamos llegar a algún acuerdo", me dijo. "Si te parece bien, hablamos el lunes", le dije yo. Y ese día (lunes) empezó una negociación que, aunque parecía sencilla en un primer momento, se fue torciendo hasta el punto que llegué a pensar que no lo lograríamos por una diferencia de 1.000 €. Al final todo salió bien. Mis clientes-amigos han percibido una cantidad justa como indemnización y el juicio se suspendió.

Pues nada, que ahora imagino que mis amigos verán la tele algo más sonrientes.