jueves, 9 de diciembre de 2010

During

Sé que alguno que lea esta entrada pensará que me he vuelto loco, que he descuidado mis obligaciones familiares, laborales y sociales hasta un punto del todo preocupante. ¡Dos entradas en un día!

No, no me pasa nada. Mañana estoy de guardia en los Juzgados de mi ciudad y no dispondré -seguramente- de mis 10 minutitos para mi entrada de rigor, así que es mejor adelantarse. Además, A. se ha ido con los dos mayores a un concierto a una cercana (cercanísima) población porque entre los participantes figura la hija de un sobrino suyo. Los niños ya duermen, menos Mi. que lee en su cama, así que me he puesto mi lista de villancicos del Spotify, nada de zambombas, sino coros buenísimos. Soy el amo, el p. amo.


Este sábado vendrán a comer a casa unos buenos amigos. A él lo conozco desde hace mucho tiempo y, aunque nos veamos poco, cuando estamos juntos nos reímos mucho con y de todos. Pensando en este amigo mío, me he acordado de nuestra época de estudiantes de Derecho en la UAB. Para mis jóvenes lectores, indicar que en aquella época el servicio militar era obligatorio, si bien se reconocía el derecho de objeción de conciencia. Pues bien, un amigo común decidió hacerse objetor de conciencia para no hacer la mili (bueno, a lo mejor, realmente era objetor, pero me cuesta creerlo) y consiguió hacer el entonces llamado "Servicio Civil Sustitutorio" (¡qué nombre más feo!) en la propia Facultad de Derecho de la UAB. Era una especie de consultorio jurídico con un nombre muy internacional -Juridic Consulting- que atendía este común amigo.


Como podéis imaginar, allí pasábamos muchas horas, no sólo el objetor, sino todos nosotros. Nos servía de sala de estudio con la ventaja respecto de la Biblioteca en que allí podíamos hablar, por lo que la utilizábamos para estudiar "en común" muchos temas. También nos servía de lugar de reunión y de ocio. Allí pusimos de moda y practicamos mucho un juego del que no he vuelto oír hablar: el during. Para practicarlo se necesitaba una mesa (mejor rectangular), tres monedas (de 5 pesetas, tres duros vamos, de ahí su nombre) y dos jugadores. Cada jugador se ponía en un extremo de la mesa y el que empezaba disponía las tres monedas encima de la mesa formando un triángulo en el que uno de sus vértices estaba en la parte inferior. Se golpeaba a la moneda situada en la base y, después de ese primer golpe, debía golpearse una moneda de manera que siempre pasara entre las otras dos (sin tocarlas) hasta alcanzar la portería contraria (formada por los dedos índice y meñique del contrincante en posición en que las yemas de esos dos dedos tocaran la mesa, para entendernos, "haciendo cuernos" hacia abajo).


El during alcanzó tal furor que creamos un Campeonato del Mundo de during, sucediéndose multitud de anécdotas. Todavía recuerdo como W. (en realidad se llamaba JC, pero mi amigo P. le tradujo el nombre recordando tiempos que ambos pasaron juntos en Limerick, Irlanda con el Programa Erasmus, aquel de intercambio de alumnos) ganó el primero de los Campeonatos para nunca más volver a tener un papel destacado (se ganó el mote de Uruguay). Otro compañero y amigo sufrió un boicot por parte del resto de participantes por sus métodos de una más que dudosa legalidad. Automáticamente fue designado representante de Serbia y se le apartó de los Mundiales con la lectura de un documento firmado por todos los participantes y que, escrito en latín, comenzaba con un "Per obesus et caprinus..." y acababa con un "eliminatus est". No sé por qué, pero se enfadó. Quizá por ello ahora viva en El Salvador (sí es aquel con el que estuve a punto de "morir colgat a la neu").


Este juego creó una serie de hábitos y un vocabulario propio. Cuando alguien se disponía a tirar a puerta, era frecuente oír la siguiente frase: "Te voy a saltar las uñas" refiriéndose a las de tus dedos con los que formabas la portería. Si la moneda que se usaba en el sorteo que daba inicio a un partido (elegías campo o sacar, como en el fútbol de verdad, que ya empiezo a dudar si no se basaría en el during) era del Rey Juan Carlos, en lugar de "cara o cruz", se decía "Payaso o cruz" y si era de Franco, se decía "Paco o pollo". La mesa del Juridic Consulting fue bautizada con el nombre de Maracaná, era la mesa por excelencia. Conseguimos una copa de cristal del bar y servía como Trofeo para el ganador. En ella pegamos una etiqueta con los nombres de todos los ganadores de ediciones anteriores.


La verdad es que nos lo currábamos mucho. Ah, también estudiábamos.


Para acabar, deciros que mi compañero de trabajo del Barça hoy ha vuelto a la carga para recordarme lo mal que está el Sevilla. Tiene una memoria prodigiosa cuando quiere. A pesar de haber empezado la semana un jueves, me recuerda qué hizo el Sevilla el fin de semana anterior. Miento, cuando gana, nunca lo hace.

3 comentarios:

  1. Esos entrañables juegos ...

    Y el Sevilla no está mal, simplemente no anda tan bien como otros años. El que está mal es el Zaragoza, por ejemplo y para mi desgracia.

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  2. Quizás tengas razón en eso de que el Sevilla no está mal, pero después de tanto éxito, cuesta mucho volver a la realidad que, por otro lado, sabía que, tarde o temprano, tenía que llegar.

    Y eso que no soy sevillista de última hora (que los hay), sino que he vivido de todo, incluyendo descensos a Segunda División.

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  3. Nosotros jugábamos al durito que era básicamente para beber cerveza. Se ponían todos los vasos medio llenos alrededor de un vaso lleno y hacías saltar el duro. Al que le caía en su vaso tenía que beber y si caía en el del medio teníamos que beber todos y el último en terminar tenía que beberse el del medio de un trago. Es que los duros dieron para mucho.

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