miércoles, 29 de mayo de 2013

En Twitter también encuentras esto

Jueves, 30 de mayo, 09:19 h: Creo que he conseguido arreglar el post de ayer y ahora ya se ven las imágenes. Decía:

Para que veáis (y sobre todo para que lo vea él) que no le guardo ningún rencor al psicópata que me envió todos aquellos acertijos numéricos y al que dediqué el anterior post, hoy os voy a hacer partícipes de las otras cosas (mucho más divertidas) que me envía.

Se trata de un dossier de Twitter con algunas de las cosas más divertidas que circulan por esa red social. Hay que reconocer que hay gente con mucho sentido del humor. Veréis que hay tuits sobre cualquier tema. Si os parece bien, empezamos con los idiomas:



Unos cuantos sobre jueces y abogados:

  

   


Sobre escenas habituales en familias con hijos:


    

 O sin hijos:

 
                                           

O cuando acaba de llegar un hijo al mundo:


                                           

O incluso antes de casarse:

   
                                         
Sobre relaciones de buena (o no) vecindad:


                                             

Sobre política:



                                             
O sobre cualquier cosa:

  
                                             

¿Cuál os ha gustado más?

lunes, 27 de mayo de 2013

Cuidado con esos amigos

Querid@s lector@s (no sabéis la ilusión que me hacía utilizar la "@"), esta entrada está escrita para advertiros de un peligro, pocas veces detectable, y que aguarda ahí, a la vuelta de la esquina dispuesto a lanzarse sobre nosotros.

Se trata del típico amigo aparentemente normal con el que mantienes un trato más o menos continuado y basado, eso sí, en la confianza (tú en la creencia de que es mutua y él esperando el momento oportuno para quitarse la careta). Es más, se trata de un amigo que hace que pases ratos agradables, pues acostumbra a ser un proveedor habitual de chistecillos, chascarrillos, imágenes y vídeos a través de Whatsapp. Os advierto, es una forma más de ganarse vuestra confianza. Pues bien, mucho cuidado porque se trata de un especimen de lo más peligroso, por lo inesperado de su ataque. Siempre te cogerá por sorpresa.

Como (casi) siempre se entenderá mejor con un ejemplo, en este caso, real como la vida misma. Mi amigo El que yo creía mi amigo me envía esta mañana, a las 08:39 h, el siguiente Whatsapp:

¿Qué tienen en común
los siguientes números? 111,
222, 333, 444, 555, 666,
 777, 888 y 999. (no vale
decir que sus tres cifras son
iguales)

A los que la neurona nos funciona a medio gas y que esta clase de acertijos nos dan una pereza enorme, resulta muy poco estimulante un reto de tales características, por lo que enseguida le contesto

No lo sé

Pasado un minuto desde mi respuesta, arrepentido por mi brusco comportamiento y en un alarde de agudeza intelectual, vuelvo a enviarle un mensaje:

Es la tabla de multiplicar del 
111

Contento con mi implicación, me dice:

No, es más curioso

Va Paterfamilias, cúrratelo un poco más y dale una respuesta a la altura de tu coeficiente intelectual, pienso. Enseguida, escribo:

Son las primeras cifras de los
núms. de teléfono de
determinados estados de los EEUU
(el 555 es California, o al menos es el que sale en las
películas)?

Todavía estoy releyendo -orgulloso- mi ingeniosa respuesta, cuando un pip, pip me advierte de un nuevo mensaje. Es él -cómo no- diciéndome:

No y además el 555 lo ponen
en todas las películas
porque este inicio no
sirve.
Es más curioso

Mi neurona está agotada y mi curiosidad (en el caso de que hubiera existido en algún momento) en paradero desconocido, por lo que me limito a contestar con un simple 

Me rindo

Me dice que tiene que salir y que me lo explicará más tarde. Mis ansias por conocer la respuesta son equiparables a las que siento cada vez que tengo cita con el dentista (por el sablazo que te pega, básicamente)

Efectivamente, pasadas unas horas, cumple su amenaza y me escribe:

En cuanto a los números, todos son
múltiplos de 37 y se da la
casualidad de que todos los
múltiplos de 37 de 3 cifras
si los rotamos también dan
múltiplos de 37. Por
ejemplo: 148 es múltiplo de
37 y también lo son 481 y 814

Leerlo y no entender nada es lo mismo, pero mi educación no me permite hacer un feo a tamaña demostración de estrujamiento cerebral, por lo que opto por una diplomática respuesta, ya sabéis, la típica respuesta que demuestre lo interesante del planteamiento, pero, a la vez, un aviso de que este tema a mí no me va, por lo que me arranco con un

Ah

Lejos de amilanarse, el amigo supuesto amigo, sigue con su diabólico juego

Pero aún hay más: el
37 es el 12º número primo
y el 21º número
primo es su espejo: el
73

Todavía estoy leyéndolo, cuando recibo otro:

Y el 73 en numeración binaria,
que es la que usan los ordenadores 
(es decir, en base
2) es el 1001001, es decir 7
números del cual 3 son unos.

Llegados a este punto, de lo único que soy capaz es de pensar cómo decirle a mi amigo ex-amigo que lo siento, que ha sido un placer poder contar (huy, qué digo yo "contar", eso es darle cancha para que siga con su peculiar juego) con su amistad, cuando vuelve a insistir con esto

Y todavía podemos decir
más: Pero eso no es todo en
relación al 37
Si al 999, que es múltiplo de
37, añadimos 37 el resultado
es 1036 y si a las tres
últimas cifras le sumamos la
primera, tenemos otra vez 37
Si al resto de millares le
añadimos un número menos, la
suma de las tres últimas cifras y la de la unidad de
millar también nos dará 37,
así: 2035, 3034, 4033,
5032 ...

Totalmente obnubilado y en un desesperado intento de que mi amigo enemigo capte mi poco  nulo interés por el tema, le contesto con otro

Ahh

Obsérvese que ya son dos las "h" que pongo que, en comparación con mi primer "ah" denota ciertas ganas de acabar con el tema. Como tengo mis dudas sobre si se habrá ofendido, intento dar un mayor énfasis a mi postura y acabo con un 

Muy ... interesante

No sé qué pensáis vosotr@s, pero me ha parecido muy, pero que muy fuerte.

A mi todavía amigo À.

PS Aunque no os lo creáis, À. es abogado, no informático.

PS2. Lo contado en este post está basado en hechos reales. Lo único que se ha modificado es el idioma de los textos, pues en versión original están escritos en catalán.

viernes, 24 de mayo de 2013

Estos clientes ...

Ayer vino a verme al despacho mi clienta turca porque previamente le había dado hora (aclaración lógica pensará más de uno/a, pero tratándose de ella y en los tiempos que corren no es tan descabellado que uno se presente sin avisar) y con todas mis buenas disposiciones para atenderla de una forma casi definitiva.

A lo tonto, a lo tonto, llevo con esta clienta unos años y después de haber sido designado para un asunto de oficio, asunto que, por cierto, se archivó porque ella no quiso ratificar la querella que presenté, me adoptó como su abogado. Sí, sí, yo creo que, dada su edad y sus características, me ha adoptado. Bueno, no pasa nada, la duquesa de Alba también adoptó a un hombre (hay quien dice -hay gente para todo- que se casó con él) y no pasó nada.

Bueno, pues eso, la cité a las 16:30 h y cuando quedaban 10 minutos para las 17:00 h me llamó al móvil para decirme que se retrasaría un poco porque creía que la estación de tren estaba más cerca del despacho (no está muy lejos para una persona normal, pero para ella, que se desplaza a la misma velocidad con la que Hacienda te devuelve el dinero si tu declaración ha resultado negativa, debe ser una gran distancia). Todo un detalle, la verdad

Cuando por fin llegó, y tras los saludos de rigor, la invité a sentarse y empecé con la siguiente frase: "Sra. (imaginaos un nombre turco), me gustaría volver a empezar desde el principio. Ya sé que lleva varios años siendo clienta mía y que me ha explicado varias veces (son cienes y cienes de veces, pero bueno) las diferentes historias que jalonan (mentira, no usé esta palabra, porque ella es turca y yo no soy un pedante ... creo) su vida, pero ha llegado un momento en que me he liado. Como quiero que la sinceridad marque esta relación abogado-cliente, la he citado para que me explique una vez más qué es lo que Vd. quiere y yo tomaré notas de todo lo que me cuenta. Tenemos dos horas y media por delante"

No sé si entendió todo, pero lo de que teníamos dos y media por delante, sí. ¡Jó!, si lo entendió, se le iluminó la cara y creí ver reflejado en su rostro la felicidad en forma de emoticono. No empezó por su nacimiento, pero poco le faltó porque intentó convencerme que ella no nació en 1936, sino que es la fecha que pusieron porque cuando nació los médicos dijeron que se moriría y sus padres, lejos de dedicarle más cariño, la vendieron a una tía suya  y mientras me lo contaba empezó a llorar (no quisiera parecer muy frío, pero esta señora es de llanto fácil). Tras pedirle que fuera al grano y delimitar un poco el objeto de la reunión, empezó a detallarme todos y cada uno de los asuntos que pretende llevar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Leo el Convenio suscrito por varios Estados miembros (España entre ellos) y compruebo que para acudir a esta instancia judicial es necesario -como no podía ser de otra manera- haber agotado todas las instancias nacionales, cosa que mi clienta no ha hecho en la mayoría de los casos. Le explico esta circunstancia de la forma más didáctica de la que soy capaz y ella va asintiendo con la cabeza. Insisto en mi explicación y ella lo asume. Estoy contento porque he conseguido explicarme de manera que mi clienta entienda la problemática y ..., de repente, me dice que por qué no vamos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y vuelve a empezar la reunión. Aquella película del "día de la marmota", "Atrapado en el tiempo", era una broma al lado de esto.

Al final acabamos, casi por derribo, a las 20.15 h.

Lo cierto es que las cosas están cambiando una barbaridad. Hoy hablaba con A., un amigo abogado, y me contaba lo que le pasó recientemente con una clienta. Le había llevado un tema y se disponía a cobrarle. Cuando le dice el importe de sus honorarios, la clienta le dice "Bueno, yo he trabajado mucho en este tema y sé cómo funciona ... ¿y mi comisión cuánto es?" Mi amigo -que debe ser muy listo porque lo entendió a la primera-, le dijo que eso no estaba previsto. ¿Os imagináis por un momento que un paciente que acaba de ser visitado por su médico le pide al facultativo que le descuente su comisión de la factura? ¿O ir a recoger el coche del taller y pedirle al mecánico eso mismo?, ¿O ...?

martes, 21 de mayo de 2013

Dos cumpleaños más

Hace un tiempo tomé la determinación de no seguir escribiendo una entrada a cada cumpleaños de cada uno de nuestros hijos. Además de que el blog sería monotemático (el primer blog del mundo dedicado a cumpleaños de los hijos del autor), la gente se acabaría cansando, si es que no lo está ya. Está muy bien dedicar una entrada a cada cumpleaños y aprovechar esa circunstancia para describir al homenajeado (tanta bromita con el "ojomeneado" que al final me ha costado escribirlo), pero otra cosa muy distinta es escribir este tipo de entradas cada año: ¿qué podría contar de ese hijo cuando llevara ya varios cumpleaños?

Pero una cosa es no dedicar entradas a los cumpleaños de mis hijos y otra muy distinta es que éstos (los cumpleaños) no sigan sucediéndose. Los más astutos (sé que todos los lectores de este blog sois muy astutos) habrán observado que recientemente se ha producido una variación (actualización) en las edades de dos de ellos. Sí, sí, en el margen superior izquierdo de la página principal del blog hay un esquema con las edades de los hijos que A. y yo trajimos al mundo ... bueno, los trajo ella, pero yo también ayudé.

Cualquiera que mire ese "esquema de las edades" puede pensar que somos unos tipos tan ordenados que hasta el nacimiento de nuestros hijos tenemos calculados. Con un simple vistazo uno puede pensar que lo nuestro era tener hijos cada 2 años y que la edad empezó a hacer mella en nuestros cuerpos serranos a partir de JP, porque ahí el espacio transcurrido entre su nacimiento y el de Q. se alargó más de la cuenta. Pero, como casi siempre, no hay que precipitarse en las conclusiones.

Es como cuando algunas personas me preguntan (con una sonrisilla en su cara) que qué nos pasa, que hace tiempo que no tenemos niños. Entonces yo me suelo poner un poco serio y les contesto con un "Ya. Estamos yendo al médico a ver qué pasa" Si vierais la cara de susto que se les pone a más de uno y cómo se les borra, de golpe, esa sonrisilla ...

Mira que esta entrada no iba por ahí y ya me he metido en un lío considerable

Bueno, quería comentaros que el pasado 19 de abril fue el cumple de Q. (sí, el que quiere, entre otras cosas, poner un petardo en un hormiguero de la selva) y el 19 de mayo el de Ma.  Una vez más, ¡muchas felicidades a los dos!

jueves, 16 de mayo de 2013

Sueños por cumplir (y cumplidos)

Hace unos días me contaba Q. que está elaborando una lista con las cosas que quiere hacer cuando sea mayor. No soy capaz de recordar todas (porque yo sí que ya me he hecho mayor), pero sí algunas, supongo que las que más me llamaron la atención. Allá van:

- Poner un petardo en uno de esos hormigueros que aparecen en los documentales de La 2 (que levante la mano el que ha conseguido ver uno entero sentado o tumbado en el sofá) y que la entrada es como una chimenea. ¿Sabéis, no? ... 

¡Y éste es aquel al que le gustan los animales!

- Tirarse en paracaídas en medio del océano

No sé qué puede tener esto de atractivo, pero parece que le hace hacía especial ilusión. He corregido el tiempo verbal conscientemente porque, al acabar de decirme eso, añadió que no está del todo seguro porque al parecer, el profesor de Ciencias Naturales les explicó algo acerca de las altísimas probabilidades de morir que uno tiene cuando hace semejante ... ¿qué pongo? ... barbaridad.

Tampoco quise yo desanimarle haciéndole ver que eso está muy bien, pero que cuál era su plan una vez ya ha caído en medio del océano. No sé si lo había pensado, pero me temo que no.

- Subir a un taxi y decir "Siga a ese coche"

Bien, aquí ya no supe qué decirle a parte de un "Ah, ... ya"

Lo que también recuerdo es que me comentó una cosa que no quería hacer: puenting. No es que me preocupe lo anterior (dudo que llegue a hacerlo algún día y si lo hace tampoco parece excesivamente peligroso ... o sí, no sé), pero lo del puenting es como más fácil de cumplir y todos hemos visto u oído algún accidente mientras se practica. Accidente, por otro lado, con consecuencias normalmente fatales.

No sé si es que tiene mucha imaginación o ve mucha tele ... o las dos cosas, pero lo cierto es que hizo que me acordara de alguno de mis sueños infantiles y lejos de cundirme el desánimo por no haber cumplido ni uno solo de ellos, una emoción me embargó al comprobar que he cumplido uno con el que ni siquiera había soñado: Formar esta familia con A.

PS Si, ya sé, he escrito dos entradas seguidas. Y no, no me he vuelto loco.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Hay que comer insectos

Leo el otro día un titular de prensa que dice, más o menos, así: "La FAO recomienda comer insectos" Leer eso y que una sensación de asco se apoderase de mi cuerpo fue todo uno.

Como no se trata de precipitarse en las valoraciones, no me quedé solo con el titular y entré a leer la noticia. Se trata, como la mayoría de las veces, ni siquiera de una recomendación, sino que se trataba de un estudio de este organismo en colaboración con no sé qué universidad holandesa y que constataba que los insectos tienen muchas proteínas y, sobre todo, que consumen mucho menos alimento para crecer por lo que, atendido el aumento de población mundial, podía ser una solución para los años venideros.

Especial gracia me hizo eso de que necesitan consumir menos alimentos que, por ejemplo, un animal productor de carne. Pero vamos a ver, alma de cántaro, ¿me estás comparando una araña con una vaca? Si ej que ... 

Lo que sí consiguió esa noticia es hacerme pensar e imaginarme cómo podía ser nuestro futuro familiar ante un panorama como el que se vaticinaba en el artículo. Enseguida me vinieron a la cabeza una serie de escenas cotidianas (vete a saber si con el tiempo acabarían siendo fuente de las ya famosas "Entradas costumbristas", pequeño homenaje a la incombustible y ahora un pelín convaleciente MadreYMas) protagonizadas por tan peculiar alimento, siendo los posibles escenarios los siguientes:

Escenario 1: Celebración familiar (no sé, uno de los pequeños hace la Primera Comunión)

- ¿Y dónde lo celebraremos?, ¿en un restaurante?

- ¿Qué dices niño?, ¿no sabes tú que hay superpoblación y ya están todos los restaurantes reservados para los próximos 300 años? Si es que tienes cada cosa ...

- Entonces, ¿lo celebraremos en casa?

- Sí, claro y vendrán algunos familiares y amigos y comeremos ... ¡tachán! ...

- Vaaaa, papá, dime, ¿qué comeremos?

- Lo celebraremos por todo lo alto y comeremos .... ¡Arañas a la brasa!

- Hummm, papá, eres el mejor

Escenario 2: Comida de fin de semana en familia

- Niños, ¡a comeeeer!, mientras suena aquella campana que nos trajeron los Reyes (Magos) y que está en la cocina

- ¿Qué hay?, ¿qué hay para comer?

- ¡Saltamontes fritos!

- Bieeeeeeeennnnn

(...)

- Ya estoy mamá

- Niño, pero si no has apurado los saltamontes. Anda, chupa las cabezas que están buenísimas

- Ay, no, no me gustan las cabezas

- Bueno, apártalas en el plato que haré un caldo que resucitará a un muerto

Esta última expresión vendrá que ni pintada porque si alguno ha sido capaz de comerse ese plato, lo más seguro es que necesite ese caldo para resucitar.

Escenario 3: Los niños (adolescentes) se van a comer fuera con sus amigos

- Papá, mañana nos vamos a comer fuera con mis amigos

- Te lo pagas tú, eh, bonita

- Sí, sí, llevo ya unos cuantos canguros y ...

- Vale. Y, ¿a dónde vais?

- Vamos al "Cucaracha's King"

- Que disfrutéis

Escenario 4: Cena romántica A. y yo

- Cariño (nunca la llamo así, pero en las pelis lo hacen), esta noche nos vamos fuera a cenar tú y yo solos

- ¿Otra vez a la terraza?

- Que no, que salimos de casa. ¿por qué te sorprende tanto?

- No sé, la última vez que fuimos a cenar juntos fue ... fue ... ni me acuerdo

- Bueno, pues por eso. Vamos a un sitio que me han recomendado y que sirven unas hormigas buenísimas

Escenario 5: Durante la cena (romántica)

- Buenas noches, ¿qué van a tomar los señores?

- ¿Qué nos recomienda?

- El chef (observad la ironía: se llama chef a un tío que cocina insectos) ha preparado un salteado de moscas en un lecho de larvas de oruga, con una espuma de avispas hidrolizadas, también tenemos mariposas al vapor con salsa de chinche ... mariquitas hervidas con puré de pétalos de margarita ...

- Ya, ya, ¿sabe? es que nosotros somos muy tradicionales y nos decantaremos por las hormigas fritas al punto de acidez

- ¿Rojas o negras?

- La pregunta ofende, señor. Negras, por supuesto

Escenario 6: Después de la cena romántica

- Bueno, gracias por esta cena. Ha sido fantástica

- De nada, A. Tú te mereces esto y más (sobre todo, más). Espero que te haya sentado bien

- Sí, ¿por qué lo dices?

- No, nada. Tengo el estómago un poco revuelto. Mira que le dije que las quería en su punto y me pareció que las hormigas estaban un poco crudas

- Bueeeeno, no seas quejica y tómate un poco de sal de frutas. Ya sabes que los remedios de las abuelas son los mejores

- ¡Sal de frutas!. Puaj, ¡qué asco! 

viernes, 10 de mayo de 2013

Eindhoven, 7 años ya

Plaza en la que se reunían los
 sevillistas antes del partido
Hoy se cumplen 7 años (¿ya?) de aquella Final de la UEFA disputada en Eindhoven y que significó el primer título europeo del Sevilla FC.

Como ya he contado por aquí en alguna ocasión, yo tuve la suerte de asistir a esa gran final gracias a la inestimable colaboración de este amigo mío. No recuerdo muy bien cómo empezó la cosa, pero lo cierto es que salió la oportunidad de viajar a Eindhoven y, sin pensármelo mucho (más bien nada) acepté. Mi amigo me conseguía 2 entradas y el resto corría de mi cuenta. 

El primer dilema era saber con quién viajaría yo. Descartados cualquiera de mis hijos (no estaba asegurado un lugar en el que dormir y Ma. tenía entonces 10 años y P. 9), contacté con mi hermano P. que vivía entonces cerca de Sevilla (ahora lo hace en Sevilla mismo) ejerciendo su ministerio sacerdotal. Tampoco pegaba mucho que me acompañara. Al final me decanté por uno que conocía virtualmente a través de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) donde yo era tutor de unos estudios y él estudiante de otros, pero que coincidíamos en un foro donde discutíamos a menudo. Lo único que nos unía era nuestra afición por el Sevilla y en lo demás, la verdad, es que las diferencias eran grandes, llegando a ser abismales en determinados temas. Era un tipo peculiar. Baste como ejemplo sus ideas separatistas combinadas con ser seguidor del Sevilla. Sí, lo sé, raro, raro ...

Una vez aceptó la invitación, y hechos los preparativos, quedamos en el aeropuerto de Barcelona el mismo día del partido a una hora muy temprana. Allí cogimos un avión destino Amsterdam y desde allí, en tren, hasta Eindhoven, ciudad famosa, entre otras cosas, por ser la sede de la compañía Philips, patrocinadora del equipo local, el otrora potente PSV Eindhoven.

Llegamos a eso del mediodía y aquello era ya un hervidero de aficionados de uno y otro equipo: Sevilla y Middlesbrough, un equipo inglés que por aquellos años, al igual que el Sevilla, vivía su época de esplendor en sus más 100 años de historia). No obstante, la sensación (y la realidad) es que había más aficionados sevillistas que no ingleses.

Comimos en un centro comercial y de allí nos dirigimos al aeropuerto porque -vais a alucinar- yo no tenía las entradas. Nos las debía entregar un contacto de mi amigo en el Sevilla (de hecho era un contacto en el Sevilla de un contacto en el Barça). Después de alguna llamada telefónica, confirmamos la hora de llegada de su vuelo y allí le esperábamos para que nos entregara las 2 entradas. Como en las pelis, "llevo una americana azul y corbata de color ..." Yo, "yo llevo una gorra del Sevilla" Ya, debes ser el único, debió pensar este tipo.

Visitamos un poco la ciudad (lo más importante lo ves en unos minutos), pasamos por la plaza en la que se convocaba a los sevillistas y nos dirigimos al estadio. ¿Nombre del estadio? ¡Exacto, Philips Stadium! Después de hacer unas cuantas fotos y acabando la ceremonia inaugural se me acabó también la batería de la cámara, así que ésta fue la última foto que pude hacer.

Ceremonia inaugural
El partido resultó ser un paseo para el Sevilla que conquistó su primera Copa de la UEFA con un contundente 4-0. Se desató la euforia entre una afición poco acostumbrada a ganar títulos. De hecho, yo nunca había visto a mi equipo ganar nada. Fue el principio de una época inolvidable para el Sevilla, que desde entonces y en poco más de 15 meses ganó otra Copa de la UEFA, Una Supercopa de Europa, una Supercopa de España y una Copa del Rey. ¡Y yo estaba allí! Claro, que entonces era un chaval de 38 años y por eso me lancé a la aventura, acompañado de un tipo al que casi no conocía, sin lugar donde dormir, sin las entradas en el bolsillo hasta pocas horas antes del partido ...

Guardo un gran recuerdo de aquel viaje a Eindhoven. ¿Qué? ¿Que al final dónde dormimos? Pues ... hummm, lo intentamos en la estación de tren, pero la policía desalojó la terminal y ... ¡dormimos en la calle! Pero, como decía, uno era joven (solo tenía 5 hijos) y por su equipo uno hacía lo que fuera. Eso sí, llegué a casa reventado y con un sueño ..., pero ¡habíamos ganado!

martes, 7 de mayo de 2013

Cosas que pueden pasar si tienes una mascota (y niños)

Perla (qepd)
Hace algo más de un año os contaba aquí que SS.MM. los Reyes Magos de Oriente, a través de su padrino, le habían traído a Q. una mascota, un conejo para ser más concretos y de angora para que os hagáis una idea de cómo podía ser esa bola de pelo. "Perla" fue el nombre elegido por Q. al conocer que el bicho era hembra. Lo sé, poco original, pero tampoco es plan ponerle nombre de rey visigodo, aunque yo soy más de llamar a cada animal por su nombre de especie:

- ¡Qué gracia!, ¿tenéis un conejo?.

- Sí (lo estás viendo, pero bueno)

- ¿Y cómo se llama?

- Conejo, como la lejía.

Al principio, como imagino suele pasar en todas las casas en las que hay niños, aquello era una locura. El pobre animal pasaba de unos brazos a otros sin solución de continuidad y con una ausencia total de delicadeza. En definitiva, que el conejo estaba deseando que lo dejaran en su jaula para descansar de aquellos humanos.

Perla fue creciendo (nada de en sabiduría y bondad, solo en tamaño) y aquel animalito tan mono se convirtió en una enorme bola de pelo. Cada día que pasaba me recordaba más a aquellas bolas de ¿hierbas secas? que aparecen en las películas del Oeste (y solo ahí, porque nunca más las he visto) cuando hace algo de viento.

Llegó el verano y se planteó un nuevo problema: ¿qué hacemos con el conejo? Me adelanto al pensamiento de más de uno/a y le contesto. Sí, claro, en una furgoneta llena de maletas y niños (recordad que teníamos a un chico francés con nosotros como contraprestación al intercambio que hicimos con P.) es muy difícil que quepa una jaula. Se nos ocurrió una idea, en un principio brillante, que consistía en dejarlo en un club al que van nuestros hijos y que, entre otras actividades, hay una que se llama "Natura" y que no es otra cosa que tener a no sé cuántos animales en jaulas e ir cuidándolos. Allí hay ratas (sí, sí, como suena), hamsters, conejos, sapos, ranas, patos, cobayas y ... ¡un hurón!, fura (que no aquel modelo de Seat) en catalán.

Pues bien, para el que no lo sepa, el hurón es un animal ... ¿cómo decirlo para no caer en la vulgaridad de la discriminación animal? ... movidito, travieso, gamberrete ... un cabroncete, vamos. De hecho, los ratones que se crían en esa actividad de Natura sirven de alimento al hurón y es un espectáculo verlo (yo lo he comprobado) comer. Nadie en su sano juicio apostaría un euro por el ratoncillo, que en cuestión de segundos es asesinado por el hurón y posteriormente deglutido.

Volvamos al relato. La situación es que nosotros estamos de vacaciones sin Perla y todo transcurría dentro de la más absoluta normalidad (o eso creíamos). Al volver, A. y yo nos hicimos los "longuis" a la hora de recoger al conejo con la esperanza de que fuera de más utilidad en Natura que no royendo cables en casa. Al final, la insistencia de Q. fue tal que no hubo más remedio que recogerlo. Sin embargo, el día que Q. fue a por él volvió con las manos vacías y sin poder dar una explicación al respecto. Estaba desolado (nosotros no) por la desaparición de Perla. Sus hermanos mayores intentaron recabar algo más de información en el club acerca de la suerte que corrió Perla, pero lo único que conseguimos averiguar es que Perla ya no existía porque había ocurrido un accidente. Estoy convencido de que el hurón tuvo algo mucho que ver. Aunque no todo era dolor. Al parecer, Perla no perdió el tiempo mientras nosotros estábamos de vacaciones y se enamoró locamente de uno (o varios, ya no sé) de los conejos que allí había y, claro, pasó lo que tenía que pasar (y más si es una coneja) y tuvo conejitos.

Una familia del club al que a su hijo le dieron uno de esas crías, se hartó del conejito y acabó en manos de Q., y por ende en casa. Como me he enrollado tanto ya no sé si se entiende algo, pero el resumen es que en casa hay un conejo que, aunque sea sangre de su sangre y el color sea idéntico al de su madre, no es el que originariamente llegó a casa una noche de Reyes.

El viernes pasado tuvimos una cena de hermanos (de A.) en casa y nuestra cuñada, la mujer del hermano de A. y lo más importante, padrino de Q. entró en la cocina y vio la jaula en la que estaba el hijo de Perla y, como un conejo, arrugó el morro. Yo que vi la escena, rogaba a Dios que me diera alguna idea (inmediata) para desviar la atención porque, no nos engañemos, a pesar de que el padrino de Q. es su marido, quien se encarga siempre de los regalos del niño es ella. Por desgracia, también estaba por allí S.

V: ¡Anda!, mira qué mono el conej...

Yo: V., mujer, dame esos platos y no recojas nada más, mientras la animaba a irse al salón

S: Sí, se llama Bunny

Joío niño, pensaba yo, mientras rezaba para que V. no recordara el nombre de la madre-y-mártir de Bunny.

V: ¿Bunny? Ya veo que vais cambiando de nombre ... ¿Y si a partir de ahora yo a ti te llamo JP?, le dice a S.

Yo: Estos niños ... Bueno ...

S: ¡No!, no es otro nombre, ¡es otro conejo!

Paralizado por el miedo me quedé yo, mientras mi cuñada abandonaba la cocina con un lacónico "Ah, ya"

domingo, 5 de mayo de 2013

Nos vamos de boda (y fin)

Os puedo asegurar que no es pereza, sino que la vida no me da para más. Desde el boda del pasado sábado (no ayer), fuimos al Día del Colegio de los niños al día siguiente, el miércoles (1º de mayo) fuimos a casa de D. y J. a una barbacoa, el viernes por la noche tuvimos en casa una cena con los hermanos de A. (celebramos el 50 cumpleaños de su hermana R., madre de la novia, que con todo el ajetreo de la boda no tuvo ni tiempo para celebrarlo), ayer sábado, la Primera Comunión de mi sobrina M. y hoy, ya de lleno en el mes de mayo, hemos hecho una romería que ha acabado con una barbacoa ... Ahora, después de la victoria del Sevilla sobre el Espanyol, me dispongo a retomar la entrada anterior en el punto en el que la dejé.

Nos quedamos en que el sermón del Mossèn fue entrañable, pues a su buen predicar hay que sumarle, como dije, que es el padrino (y tío) de la novia. Hacía tiempo que no iba a una boda así. Me gustó la naturalidad con la que los novios se comprometieron ante Dios y ante los hombres. Sin alardes, pero sin disimulo. Sin ostentación, pero sin cutreces. 

Sé que alguna de vosotras, queridas lectoras, querría una descripción del enlace con todo detalle (ya sabéis, describiendo el vestido de la novia y de la mayoría de las invitadas, qué colores triunfaron, etc), pero no me veo capaz de hacerlo, así que os daré mi versión.

Tras la ceremonia me fui a buscar el coche para recoger a la familia e irnos al lugar del convite, una masía de una población cercana. Me gustó mucho ese sitio porque, tratándose de un día lluvioso, era amplio y espacioso, ideal para acoger a los 300 y pico invitados. Fuimos de los primeros en llegar, por lo que superada la vergüenza que supone que no sé cuántos camareros y camareras te pregunten qué quieres tomar, nos pusimos manos a la obra. Los niños se lanzaron a los refrescos, mientras yo pedí una copa de vino, tras descubrir que había muchas variedades de queso. después del aperitivo -que se alargó demasiado- pasamos al salón, un gran patio interior cubierto por una cristalera. Compartimos la mesa con unos cuantos hermanos de A. Creo que empezamos a comer a eso de las 16:30 h.

Cuando se inició el baile, el que escribe -como todos sabéis- no baila, así que A. se fue hacia la pista acompañada de alguno de nuestros hijos. Después, éstos fueron llegando uno a uno pidiéndome que bailara con A. Con todo el dolor de mi corazón, no pude contentar a ninguno, no era plan complacer a unos y a otros no. Casi al final de la fiesta (fuimos de los que más aguantamos), bailé con S. que se movía al son de bostezos, pero que a pesar de ello no había manera de convencerle de que lo dejáramos.

Para acabar, una anécdota protagonizada por S. Una prima de A. (P), al verlo con corbata, le dijo: "¡Qué corbata tan bonita! ¿Es del Barça, no?"

S: No.

P: Pero ¿tú eres del Barça, no?

S: Sí, mi madre y yo. Mis hermanos y mi padre son del Sevilla

La prima, pensando que quizá se sentía muy solo en su afición y con la única intención de animarlo, le dice:

P: Yo también soy del Barça ... y él, y ella ... y ella ..., mientras va señalando a otros familiares.

De repente, S. dice: "¿Y Dios?, ¿de qué equipo es?"

La prima de A. no sabe qué contestar. Pero su madre (la tía de A.) dice "¡Del Barça! Dios es del Barça"

Y S., muy serio, contesta:

S: No, yo creo que Dios es de todos los equipos

Sé que esta anécdota no es nada del otro mundo, pero era gracioso oírsela contar a esta prima de A. que, según sus propias palabras, se quedó alucinada.