Leo el otro día un titular de prensa que dice, más o menos, así: "La FAO recomienda comer insectos" Leer eso y que una sensación de asco se apoderase de mi cuerpo fue todo uno.
Como no se trata de precipitarse en las valoraciones, no me quedé solo con el titular y entré a leer la noticia. Se trata, como la mayoría de las veces, ni siquiera de una recomendación, sino que se trataba de un estudio de este organismo en colaboración con no sé qué universidad holandesa y que constataba que los insectos tienen muchas proteínas y, sobre todo, que consumen mucho menos alimento para crecer por lo que, atendido el aumento de población mundial, podía ser una solución para los años venideros.
Especial gracia me hizo eso de que necesitan consumir menos alimentos que, por ejemplo, un animal productor de carne. Pero vamos a ver, alma de cántaro, ¿me estás comparando una araña con una vaca? Si ej que ...
Lo que sí consiguió esa noticia es hacerme pensar e imaginarme cómo podía ser nuestro futuro familiar ante un panorama como el que se vaticinaba en el artículo. Enseguida me vinieron a la cabeza una serie de escenas cotidianas (vete a saber si con el tiempo acabarían siendo fuente de las ya famosas "Entradas costumbristas", pequeño homenaje a la incombustible y ahora un pelín convaleciente MadreYMas) protagonizadas por tan peculiar alimento, siendo los posibles escenarios los siguientes:
Escenario 1: Celebración familiar (no sé, uno de los pequeños hace la Primera Comunión)
- ¿Y dónde lo celebraremos?, ¿en un restaurante?
- ¿Qué dices niño?, ¿no sabes tú que hay superpoblación y ya están todos los restaurantes reservados para los próximos 300 años? Si es que tienes cada cosa ...
- Entonces, ¿lo celebraremos en casa?
- Sí, claro y vendrán algunos familiares y amigos y comeremos ... ¡tachán! ...
- Vaaaa, papá, dime, ¿qué comeremos?
- Lo celebraremos por todo lo alto y comeremos .... ¡Arañas a la brasa!
- Hummm, papá, eres el mejor
Escenario 2: Comida de fin de semana en familia
- Niños, ¡a comeeeer!, mientras suena aquella campana que nos trajeron los Reyes (Magos) y que está en la cocina
- ¿Qué hay?, ¿qué hay para comer?
- ¡Saltamontes fritos!
- Bieeeeeeeennnnn
(...)
- Ya estoy mamá
- Niño, pero si no has apurado los saltamontes. Anda, chupa las cabezas que están buenísimas
- Ay, no, no me gustan las cabezas
- Bueno, apártalas en el plato que haré un caldo que resucitará a un muerto
Esta última expresión vendrá que ni pintada porque si alguno ha sido capaz de comerse ese plato, lo más seguro es que necesite ese caldo para resucitar.
Escenario 3: Los niños (adolescentes) se van a comer fuera con sus amigos
- Papá, mañana nos vamos a comer fuera con mis amigos
- Te lo pagas tú, eh, bonita
- Sí, sí, llevo ya unos cuantos canguros y ...
- Vale. Y, ¿a dónde vais?
- Vamos al "Cucaracha's King"
- Que disfrutéis
Escenario 4: Cena romántica A. y yo
- Cariño (nunca la llamo así, pero en las pelis lo hacen), esta noche nos vamos fuera a cenar tú y yo solos
- ¿Otra vez a la terraza?
- Que no, que salimos de casa. ¿por qué te sorprende tanto?
- No sé, la última vez que fuimos a cenar juntos fue ... fue ... ni me acuerdo
- Bueno, pues por eso. Vamos a un sitio que me han recomendado y que sirven unas hormigas buenísimas
Escenario 5: Durante la cena (romántica)
- Buenas noches, ¿qué van a tomar los señores?
- ¿Qué nos recomienda?
- El chef (observad la ironía: se llama chef a un tío que cocina insectos) ha preparado un salteado de moscas en un lecho de larvas de oruga, con una espuma de avispas hidrolizadas, también tenemos mariposas al vapor con salsa de chinche ... mariquitas hervidas con puré de pétalos de margarita ...
- Ya, ya, ¿sabe? es que nosotros somos muy tradicionales y nos decantaremos por las hormigas fritas al punto de acidez
- ¿Rojas o negras?
- La pregunta ofende, señor. Negras, por supuesto
Escenario 6: Después de la cena romántica
- Bueno, gracias por esta cena. Ha sido fantástica
- De nada, A. Tú te mereces esto y más (sobre todo, más). Espero que te haya sentado bien
- Sí, ¿por qué lo dices?
- No, nada. Tengo el estómago un poco revuelto. Mira que le dije que las quería en su punto y me pareció que las hormigas estaban un poco crudas
- Bueeeeno, no seas quejica y tómate un poco de sal de frutas. Ya sabes que los remedios de las abuelas son los mejores
- ¡Sal de frutas!. Puaj, ¡qué asco!
Estimado Pater:
ResponderEliminarTe adelanto que escribo sumido en una profunda indignación por la descarada ironía que destila tu postbde hoy en contrabde mis amigos los insectos.
Habrás intuido, certeramente, que soy el Ingenierocomehuevosdehormiga (hembra). No sabes la riqueza proteínica, culinaria u de economía de recursos que supone la ingesta de dichos manjares.
Además, los humanos que tenemos a bien comer guarradas como cargols a la llauna, vientre de cerdo, callos, morro, oreja, gambas (sí, sí, te has fijado en el parecido que en el fondo tiene una gamga con un escarabajo?), mejillones, ostras, navajas, berberechos,... no nos debemos extrañar de los burger escorpiones o los Mac grillos (con coca cola grande y tempura de lombriz de tierra).
Espero por tu integridad físicamquenretire
jajajajajaja
EliminarTe doy la razón en lo de los caracoles, gambas, mejillones y otros ..., pero no me compares con los insectos!!!! A on vas a parar!!!!
Espero por tu integridad física quenretires este alegato en contra de la supina exquisitez de los insectívoros manjares.
ResponderEliminarDe lo contrario, mandaré una plaga bíblica de langostas al campomde tu amado Sevilla.
Ingenierocomehuevosdehormiga (hembra).
Lo escrito, escrito está. Por cierto, a ver cómo andas de culturilla general, ¿quién dijo eso?
EliminarQue se note que mis padres se gastaron pasta en un colegio de pago ellos decían "de robo", religioso:
EliminarPoncio Pilato, tras pedirle que retirase el cartel de INRI.
Eres listo, muy listo
EliminarEn la cena romántica hay que comer mariposas. Y luego, te revolotean, huy qué potito!
ResponderEliminarMe has revuelto el estómago, Pater XDD
jajajajaja, tienes razón!!!!
Eliminar¿Revuelto? ¿Has comido mariposas? ;-)
Genial.
ResponderEliminarLo que más me ha gustado es lo de la cena en la terraza. Es que los bichos me dan un asco!!!!!!!!!
Claro, eso también es cenar fuera, ¿no? ;-)
EliminarSí, algo de asquito dan
Pater, tu andas cerquita de Barcelona ¿no?. Bueno a ver si te pongo los dientes largos:
ResponderEliminarCalle Sinaí, Sevilla. Localización exacta en el Bar El Cateto, 14:00 P.M.
-!Niñooo! ponme dos servecitas y una ración de !!caracoles!!.
Un abrazo.
¡Qué envidia!
Eliminarhttp://www.caracoleselcateto.com/
Puajjjj que asco!!! si a mi no me gustan ni los caracoles, que me dan un asquito que no puedo con ellos!!!!
ResponderEliminarBesinos
¡Me encantan! (los caracoles) Lo otro, ni lo he probado ;-)
EliminarLe has sacado un jugo al asunto, Pater... No recuerdo ahora qué insecto es el más jugoso...¿Los saltamontes quizá?
ResponderEliminarLo vi por la tele, con la comida si digerir todavía. Casi se me corta la ídem... Ojo al dato. Saben a marisco pasado de sal. Cosas veredes...
jajajajaja, jugo, dice. Muy bueno (y muy asqueroso eso de sacarle jugo a los insectos) ;-)
EliminarCon que saben a marisco pasado de sal, eh!! ¿Cómo lo sabes, eh?, ¿cómo lo sabes?
Creo que no volveré a comer. un beso.
ResponderEliminar¿insectos? Yo ni probarlos ;-)
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ResponderEliminar¡Cómo me he reído con tu blog!
mmm
pueees, me confieso culpable.
Soy mexicana y como buena mexicana he probado varios insectos, entre ellos los chapulines (parientes de los saltamontes), gusanos de maguey (que son larvas de una variedad de mariposa), escamoles, acociles, axayácatl y su hueva, el ahuautle...todos ellos platillos prehispánicos.
Saben bien, pero se ven raro. Sí confieso que varios los probé sin saberlo, como parte de la educación gastronómica que mis padres me forzaron a adquirir, y que ahora les agradezco.
Ciertamente son platillos poco comunes.
Saludos
Ariana
Me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminar¿De verdad que has comido todo eso? Yo creo que, además de la educación paterna, el hecho de ser mexicana debe influir ;-)
Pues sí, a mis padres les gustaba viajar y descansar en hoteles de mil estrellas (léase campamentos al aire libre) y comer regional, gracias a eso conocí muchas zonas paradisíacas de mi país cuando aún no había turistas (en ocasiones ni siquiera hospedaje disponible) y probé alimentos que gran parte de los mexicanos sólo conoce de oídas.
ResponderEliminarLa mayoría de los que mencioné son ahora muy caros, porque hay pocos versados en su preparación o el hábitat de crecimiento está contaminado/disminuido por urbanización.
Si un día visitas México verás que la comida es deliciosa, compartimos varias cosas con el gusto culinario español, lo cual no es raro, (p.ej. los postres hiperdulces) y, ¿quién sabe? si viajas al sur o al centro del país tal vez te arriesgues a probar lo más exótico.
Perdón por escribir tanto, me encanta hablar de comida.
Las hormigas no están mal.
ResponderEliminarLo cierto es que comer, lo que se dice comer se puede comer todo, lo que me impresiona de esta noticia es que luego se dice que en los paises desarrollados se tira un 30% de la comida...
¿Y si en vez de comer cucarachas, repartimos mejor las lechugas y la leche?
Besazo
Tienes toda la razón, Dolega
EliminarPS Se te echaba de menos
CHALADO.
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