viernes, 17 de junio de 2011

¿Debería preocuparme?

En anteriores ocasiones ya os hablé de mi clienta turca.

Pues bien, la cosa se está complicando. Ahora me pide que le lleve otros asuntos (es una auténtica campeona y tiene abiertos diversos procedimientos) y cuando le dije que no podía, pues el Servicio de Asistencia Jurídica Gratuita sólo me había designado para llevarle un tema concreto, me amenazó con pagar mis honorarios (por supuesto ella es quien establece el importe y los plazos para pagarlos), además, como no tiene dinero, ya me irá pagando. Mientras me dice todo esto, no para de llorar y de decirme que soy una "ekselente perssssona" y que quiere mucho a "mis pequeñines" (el día que vino al despacho vio la foto de los niños y desde entonces no para de pedirme que les dé besos y recuerdos), que sólo confía en mí y en otra abogada de Barcelona.

Yo, que tengo pinta de tipo duro, no puedo con estas cosas, me ablando y ... cojo el tren y me desplazo a la población en la que están los Juzgados donde tiene abiertas varias causas y voy solicitando información acerca de cada uno de los procedimientos. La mayoría de las veces me encuentro con un/a funcionario/a que me dice que está archivado y que necesito personarme para darme copia de las actuaciones.

Lo peor, sin duda, es cuando me llama por teléfono. Ayer, sin ir más lejos, me tuvo 1 hora y 8 minutos a la escucha (bueno, cuando repetía historias, aprovechaba para trabajar en otros asuntos). Hoy, sin embargo, se ha batido un récord absoluto. Hemos hablado 2 veces y la conversación de la segunda de las llamadas ha durado 8 minutos. ¡Increíble!

Hoy me ha llamado su hijo (sí, sí tiene un hijo de cuarenta y pico años), pero por lo que me dijo ella y por la conversación mantenida con el vástago, enseguida percibes que la relación materno-filial no es modélica.

No sé si soy un sentimental, pero me da pena, mucha pena. Estoy seguro que no está en sus cabales, pero es una situación que me entristece mucho y no puedo evitar escucharla e intentar ayudarla.

Si a alguno le parece preocupante esta situación, eso no es nada. Hoy mismo me han designado como abogado de una chica que quiere reclamar una pensión alimenticia a su padre. Tendré que estudiarme el tema, pero al parecer ella tiene 33 años y una minusvalía superior al 33%. Me ha contado que su madre se suicidó cuando ella tenía 20 años y ahora padece una depresión y un problema de personalidad. Durante la conversación telefónica mantenida esta tarde, sin venir a cuento, me dice (sic) "pero yo, de higiene personal, bien". No sé si ya me estoy acostumbrando a este tipo de conversaciones, pero lo cierto es que no le he dado mucha importancia. Al cabo de un rato me ha dicho que ahora está acampada frente al Ayuntamiento con los indignados (si supiera que los indignados ahora somos nosotros y que además lo estamos con ellos ...), pero que ella es muy limpia y "se desmarca de todo tipo de violencia". El lunes saldré de dudas, pero el panorama es desolador.

Esta mañana -para que entendáis por qué hoy estoy un poco susceptible con el tema- se ha presentado en el despacho otra clienta del Turno de Oficio a la que le llevo una ejecución hipotecaria instada por una entidad bancaria. Como el tema está ya en las últimas (ya se celebró la subasta y se la adjudicó el acreedor), ha venido a recoger documentación que le interesa para otros frentes judiciales abiertos. Ha empezado a decirme que le parezco un gran profesional, una persona que le inspira absoluta confianza, etc, etc... y también me ha amenazado con "contratarme" para un tema que tiene pendiente.

Según mis compañeros de trabajo, ésta tampoco está muy bien.

¿Por qué sólo me halagan y felicitan estas personas?

4 comentarios:

  1. Pues porque para criticar siempre somos los primeros, y cuando algo se hace bien, parece que es lo "normal". Tú te has encontrado con unas clientas que no están acostumbradas a que se les trate bien, simplemente como personas. Y deben estar muertas de miedo de pensar que se quedan "solas".
    Evidentemente dejo a un lado tu capacidad para sacar adelante temas difíciles desde el punto de vista profesional, que seguro es óptima.

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  2. Opino igual que Sara, tus clientas estarán hartas de sabe Dios qué tratos y, ante la primera persona profesional, sensata y "normal" (lo pongo entrecomillado porque ahora normal parece que es lo contrario, es decir un capullo), las mujeres se sienten comprendidas por alguien que, a priori parece que no las quiere fastidiar más.
    De todos modos, ten cuidado. Ponte límites. Nadie sabe mejor que tú lo que tienes entre manos. No te dejes llevar más allá de lo que realmente debas de hacer. No sé, igual se corre la voz y dp "non das feito" (expresión puramente gallega que viene significando que igual dp te supera todo y no das salido del atolladero).
    Le pones mucha pasión al trabajo.
    Eso es bueno, pero, en tu caso, tb es agotador.

    Un bico.
    Ánimo

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  3. ¿No tienes clientes ricos que te alaben? Los 12 hermanos franco-españoles ¿no te agradecieron mucho el trabajo?

    Les comprendo bien. Ir al abogado es un mal trago, piensas que te van a engañar. Cuando uno encuentra a un hombre honesto es lógico fiarse tanto de él.

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  4. Yo mas bien creo que en general no sabemos agradecer las cosas. Nos cuesta expresar nuestros sentimientos y más sobre todo los positivos de reconocer cuando alguien hace algo por nosotros; para criticar y despotricar siempre estamos a tiempo, pero para lo otro...
    Así que agradece estos cumplidos que te hacen que seguro es "porque tú lo vales" :)

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