viernes, 20 de julio de 2012

Riqueza del lenguaje

Esta mañana, en el tren, he oído una conversación intrascendente entre dos personas. En un momento de su charla, uno de ellos le ha dicho al otro que no sé qué era muy caro y para darle más énfasis y credibilidad a lo manifestado, añade "un huevo".

Esta tontería me ha recordado algo que leí hace un tiempo (seguro que fue en internet o en un correo electrónico que alguien me envió) sobre la variedad de significados que podía llegar a tener esa parte íntima de los hombres en sus diferentes acepciones (huevos, cojones y alguna más). Con unos ejemplos se entenderá mejor:

- Para resaltar el elevado precio de algo: "Le costó un huevo" (ojo, que si decimos "le costó un cojón", normalmente nos referiremos a que perdió un testículo o que algo le costó o le supuso un gran esfuerzo)

- Para resaltar el valor o la osadía de alguien: "Y va el tío y le dice (lo que sea). ¡Con dos cojones!". Los más atentos habrán podido observar que el número de esa parte íntima masculina sube a dos. Nunca tendría ese sentido (ni ningún otro) decir "¡Con un cojón!"

- En este momento desconozco si aumentar a tres los atributos significaría algo. Eso sí, si lo que aumentamos a tres es el número de pares, vendría a ser el-no-va-a-más. Ejemplo: "Hace un frío de tres pares de cojones", sería equivalente a decir que hace mucho frío (pero mucho, eh)

- Dependiendo de quien los toca, el significado será uno u otro: "No me toques los cojones" (¿Podrías dejar de molestarme?), "¿Qué, tocándote los cojones?" (forma poco sutil de preguntarle a alguien si está haciendo algo de provecho) y "¡Tócate los cojones!" (imperativo), vendría a ser una variante de "fastídiate"

(...)

Esta entrada la he empezado en el tren y ahora, ya en el ordenador, he buscado por internet y he encontrado el texto que os decía. Allá va:

Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos, "cojones".
Si va acompañada de un numeral, tiene significados distintos, según el número utilizado. Así "uno" significa caro o costoso (valía un cojón), "dos" significa valentía (tiene dos cojones), "tres" significa desprecio (me importa tres cojones), un número muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costo mil pares de cojones).
El verbo cambia el significado. Tener, valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración puede significar sorpresa (¡tiene cojones!), poner expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa). También se los utiliza para apostar (me corto los cojones), o para amenazar (te corto los cojones).
El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así el tiempo presente indica molestia o hastío (me toca los cojones), el reflexivo significa vagancia (se tocaba los cojones), pero el imperativo significa sorpresa (¡tócate los cojones!).
Los prefijos y sufijos modulan su significado; "a" expresa miedo (acojonado), "des" significa cansancio (descojonado), "udo" indica perfección (cojonudo), pero "azo" se refiere a la indolencia o abulia.
Las preposiciones matizan la expresión. "De" significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hacia un frío de cojones), "por" expresa voluntariedad (lo haré por cojones), "hasta" expresa el límite del aguante (estoy hasta los cojones), pero "con" indica el valor (era un hombre con cojones) y "sin" la cobardía (era un hombre sin cojones).
Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El color violeta expresa el frío (se me quedaron los cojones morados), la forma, el cansancio (tenía los cojones cuadrados), pero el desgaste implica experiencia (tenia los cojones pelados de tanto repetirlo). Es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo (tiene los cojones como los del caballo de Espartero) que no puede superarse, porque entonces indica torpeza o vagancia (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos, e incluso necesita una carretilla para llevarlos).
La interjección ¡cojones! significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita (¡manda cojones!).
En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).
En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.

14 comentarios:

  1. Jajajajaja, lo había leído ya varias veces, pero no por eso deja de ser gracioso.

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    1. jajajaja, sí que loes. Tanto que yendo en el tren me acordé de él cuando dijo aquello de "un huevo"

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  2. ay Dios, tú con los cojones y Tomae con los folatos, ¿mucho calor, eh?

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  3. ...Por alusiones, por alusiones a mis folatos Pater, y con tu permiso, no con el permiso de tus folatos -Dios me libre- sino que con tu permiso contesto a Marga sobre el tema. Aunque si nos paramos a pensar el tema sería el calentamiento global del tema ... o las incidencias del calentamiento global del planeta en nuestro tema (ya me entiendes) Bien es cierto que una correcta temperatura folatil tiene una incidencia gametoide -que también es cuestión de huevos-

    No creo que sea necesario mantenerlos en remojo, lo de la ebullición suena a peligroso y al igual que la congelación me da la sensación que produce un encogimiento tal -se podría decir encojonimiento- que puede llegar a ser incluso doloroso. Pero como en todo, no hay nada como la temperatura ambiente en beneficio de la Vida misma ¿no?

    PD El chiste era aquel de que todo lo bueno es ...nudo y lo malo es un ...ñazo.
    PD2 Creo que salió un libro de las 500 apreciaciones de,...eso el moño.
    PD3 Esto no es post-data, solo era para saludar. Un Abrazo.

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    1. Estás fatal "de lo tuyo", como siempre te dicen. Aunque me gustaría saber qué es eso "de lo tuyo". Por sui acaso, estás fatal. ;-)

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    2. Está fatal y nos está contagiando, eso sí, muy divertido... ¿así que todo lo malo es un ... azo? mira tú por donde sale el machismo este...

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  4. Muy bueno, Páter. Si no recuerdo mal, en sus orígenes el texto lo escribió Pérez-Reverte (pero vamos, que lo de que yo me equivoque es fácil). Y estaba yo pensando, que ahora cuando vuelva tu hijo con el "adoptado", se lo enseñas. A ver si tienes...

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    1. Pues yo creía que era Cela...

      Oh, uoi, le enseñagemos a desig "cohones" ;-)

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  5. Muy instructivo. Sí parece que os habéis puesto de acuerdo con el tema.:) Serán las vacaciones... Un beso.

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  6. Te ha salido un post muy erudito, Páterfamilias.

    ¿Puedo aportar un caso de Madrid?

    Aquí tenemos varias expresiones que significan "no tener interés por algo, no poner la energía necesaria en las tareas": "ir arrastrando los cojones", "tener los cojones de bronce" (por el peso) o, más simplemente, "pesarle muchos los cojones". Su uso es vulgar y muy desaconsejable en las conversaciones cultas, sobre todo con señoras o señoritas desconocidas.

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    1. jajajajaja, erudito.

      Muy buenas las aportaciones madrileñas. Si es que ... da para mucho

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  7. Veo que no estais hasta los cojones...:D
    Besazo

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