sábado, 12 de enero de 2013

El txoko

Hace unas semanas A. y yo montamos, junto a otros matrimonios amigos, un txoko. Fue el entusiasmo de uno de ellos (que ya había participado en otro anteriormente) lo que nos llevó a apuntarnos a la idea.

Creo que la idea es originaria de Euskadi y vendría a ser una de esas sociedades gastronómicas donde se come y se mantienen grandes conversaciones. Nosotros, a diferencia de las vascas, las hacemos abiertas a los dos sexos (yo ya tengo mi particular txoko con mis quedadas para jugar a la Play).

El primer día cocinaban dos matrimonios mientras los demás colaborábamos en la preparación de los platos siguiendo las instrucciones que nos daban los "chefs". Comimos muy bien y lo pasamos estupendamente. Allí se acordó que la próxima sesión sería ayer y que A. y yo junto con E. y D. nos ocuparíamos de cocinar. Sin acordarnos más del asunto, la fecha se fue acercando hasta que comprobamos con pavor que se nos había echado encima. A. habló con E. y acordaron lo que prepararían cada una: A. se ocupaba del primero y el postre y E. del segundo plato. Como la gracia es hacer también un aperitivo, le propuse a A. hacer unas patatas bravas (pocas porque por la noche no son muy recomendables si lo que se quiere es dormir) receta de mi hermano N. y que nos gustan mucho. A A. no le hizo mucha gracia, pero al final cedió.

Excepcionalmente ayer nos reunimos en casa de E. y D. porque lo normal es hacerlo en un local que nos dejan y que, la verdad, no tiene una gran infraestructura, pero bueno. Como tampoco se trata de estar mucho rato cocinando (se haría muy pesado y no tendría gracia), nos pusimos a pelar patatas enseguida. Cuando ya las había cortado y con la idea de ganar tiempo, le pregunté a la anfitriona dónde estaba el microondas (no es lo mismo, pero te saca de un apuro) y la respuesta fue "No, no tenemos". Como los cracks nos diferenciamos del común de los mortales, entre otras cosas, por nuestra velocidad para tomar decisiones, me quedé bloqueado y al poco le dije que tendríamos que hervirlas. Así estuvimos un buen rato y para colmo me parece que le sobró algún hervor. Una vez hervidas me interesé por la freidora, aparato de cocina del que tampoco disponía nuestra anfitriona, por lo que tuve que freírlas en pequeñas cantidades en una sartén llena de aceite.

La gracia de las bravas de mi hermano N. está, como en la película "Tomates verdes fritos", en la salsa, pero tampoco es que quedara muy bien. En definitiva, creo que nunca había hecho unas patatas bravas tan malas como las de ayer. Está claro que cuando quieres lucirte es cuando más haces el ridículo.

Suerte que el salmón que preparó E. y la completísima ensalada y exquisito postre preparado por A. fueron un éxito. La cena fue muy divertida a costa de mis patatas bravas y nos reímos mucho. Sorprendentemente y dejando claro que estos amigos viven la caridad, al menos conmigo, no solo no me han echado del txoko sino que me permiten volver el próximo día, que será a mediados de marzo.

Nota: la imagen de la entrada está tomada de internet. Simplemente con poner "txoko" salen multitud de imágenes de txokos vascos. Ni de broma el local que usamos nosotros es como ese. Ya nos gustaría.

14 comentarios:

  1. ¡Qué divertido!

    Sí, Páterfamilias, es así: quedar con los amigos y que uno cocine es lo mejor del mundo, mucho mejor que ir al mejor restaurante de Madrid o de Barcelona. Invitar a gente a comer a tu casa (o ir a un txoko, vaya) es el síntoma de que el otro ha dejado de ser conocido y ha pasado a ser amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, lo pasamos bien. Y es una excusa para pasar un rato juntos

      Eliminar
  2. ¡Qué morro, yo también quierooooooooo! Bueno Leles, cuando vayamos a verle ya sabes lo que NO tenemos que pedirle que nos prepare, jejeje. ¿Te apuntas Madre?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuestooooooooooooooooooo, y me encargo de las bebidas... jajajajajaa!

      Ay Pater, por fin algo que no se te da bien...

      Me parece una idea fantástica!

      Eliminar
    2. Jajajajaja. Claro que harïa unas bravas. Si las hago en casa, salen muy buenas.

      ¿Algo que no se me da bien? ¡Hay tantas cosas que no se me dan bien!

      Eliminar
  3. Pues de entrada me parece una idea genial como excusa para quedar con amigos. Cuando mi marido deje de viajar, o siendo mas realista viaje menos, voy a proponerlo. Y seguro que lo de menos será el menú....... o no 😉

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Exacto!, es una muy buena excusa.

      A ver si tienes duerte y viaja algo menos

      Eliminar
    2. Suerte, quería decir suerte. Esto de escribir desde el móvil ...

      Eliminar
  4. No entiendo cómo tenéis tiempo para eso con tantos hijos. Sois unos cracks. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Claro que hay tiempo! Se hace una al trimestre más o menos.

      A. es una crack y yo hago lo que puedo para seguir su estela

      Eliminar
  5. ...yo pensaba que podías hervirlas sin pelar las patatas, total si le vas a sacar la piel después ¿que mas da? ..y creo que una vez hervidas lo de pelar es coser y cantar.
    ¿qué canción cantaste? :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, pero como contaba hacerlas en el microondas ...

      Jajajajaja

      Eliminar
  6. feliz año 2013.
    El próximo día en el maletero te preparas una caja de porsiacasos!!!

    ResponderEliminar

Recuerda que es un blog para todos los públicos. Si vas a dejar tu comentario, procura que no sea ofensivo ni de mal gusto, así como que sea respetuoso con las opiniones de los demás. Muchas gracias